sábado, 25 de junio de 2011

Recomendaciones I.Otros apóstoles musicales

   Incluso los más escépticos, entre los que incluyo, debemos reconocer que, las nuevas tecnologías nos permiten "intimar" con compositores que, alejados de los dogmas del marketing,  han forjado carreras de enorme talla. Posiblemente, ninguno de los que describo a continuación reuna a cien mil personas en un estadio pero su obra alcanza cotas muy elevadas en cuanto a calidad.       
  Reconocidos por la crítica y por artistas de renombre no duden que merece la pena dedicarles algún trozo de nuestro tiempo.

1. RICHARD THOMPSON.


   Londinense, aunque musicalmente no lo parezca, por su estilo de marcado acento norteamericano, este compositor de dilatadísima carrera, iniciada con Faiport Convention, disfrutó de su etapa de esplendor en los 70 junto a su esposa, Linda Thompson. Tras este periodo de marcado carácter folk, se adentró en el rock eléctrico y  la música experimental para ganarse, ya en el presente siglo, el beneplácito definitivo de la crítica. 
   De voz muy personal y enorme guitarrista (entre los veinte mejores de la historia según la revista Rolling Stone) sus temas han sido interpretados por ilustres como Elvis Costello o R.E.M. El juicio que emite sobre su propia obra parece definitivo, "algunos de mis discos son los típicos que las compañías no hubieran sabido colocar en el mercado", sentencia.




2. PETER WOLF.



 Uno de los artistas más completos y eclécticos con los que nos podemos topar. A bebido de prácticamente todos los manantiales musicales, desde el soul, pasando por el blues sin olvidar el rock. Este bagaje le ha servido para presumir como pocos de  colaborar con artistas del prestigio de Velvet Underground, Muddy Waters o Fleetwood Mac. Lo cierto es que Wolf contó con un ambiente propicio para la creación desde su nacimiento, criado en el Bronx, es nieto de una actriz del neoyorquino teatro yiddish e hijo de un modesto cantante de ópera. No se detengan en el magnifico dúo con Shelby Lynne, conviene profundizar, y mucho.


3. JOHN HIATT.


   Posiblemente el mayor mérito de John Hiatt es haber triunfado en el panorama musical con esa guisa de eficiente oficinista. Bromas aparte, el veterano músico de Indiana utilizando las herramientas básicas del rock tradicional se ha labrado un nombre en el panorama musical de su país del que, sin embargo, carece en Europa. Lo cierto es que a Hiatt hay que reconocerle su extraordinaria voz, a la altura de los grandes solistas negros. Temas suyos han sido interpretados por verdaderos dinosaurios como Dylan o Clapton, entre otros. Puede que John Hiatt no sea el artista más atrevido sobre la faz de la Tierra pero es de agradecer que se desenvuelva tan bien y sin enredos en el rock de siempre.




domingo, 19 de junio de 2011

Hasta siempre Clarence Clemons. El hombre que desafió al diablo

   
     Cuenta la leyenda que Clarence Clemons apareció una noche de invierno, entre la niebla ataviado con un traje blanco, por el paseo de Absbury Park ante un Springsteen aterrorizado que pensaba que le iba a robar. El músico de Norfolk, con su sencillez habitual, le dijo que venía, marcado por el destino, desde muy lejos a tocar "con ese chico del que todos hablan". Lo cierto es que, a comienzos de los setenta, nació una de las mejores combinaciones musicales de las últimas décadas. La aportación de Clarence Clemons a la música de Springsteen es inmensa. Más allá de ser un bello colofón a las canciones, su saxo, aportó valores esenciales en la música del "Boss" tales como la esperanza, el heroísmo o la emotividad. Además, "the big man" encarnó un personaje carismático para eternizar la mayor aportación de la "E Street Band", el directo.
      Nadie puede dudar que, Clemons, plantó cara al destino. Enamorado del jazz y el soul de los cincuenta, luchó contra los designios de su padre, pastor baptista, quién consideraba al rock como una música propia del diablo. Nada pudo parar al gran hombre, determinado a hacer historia con el saxo. Ni siquiera la insistencia de su entorno que, deslumbrado por su majestuoso físico, le incitó al fútbol americano.
        Se marcha Clarence Clemons, el alma de la "E Street Band" . Todos los amantes del rock sabremos valorar la pérdida de uno de los más grandes saxofonistas de las últimas décadas. Para la infinitud queda su saxo sublime en temas como Thunder Road, Jungleland, Badlands y tantos otros. En nuestra mente permancerán aquellas notas que convirtieron la genialidad en apoteosis, al igual que la imagen junto a Bruce subidos a un escenario en un dúo legendario.
 Mermado físicamente, Clemons culminó la última gran gira de banda en 2009, estuvo presente en todos los conciertos, eran lo que le unía a la vida. A partir de ahora, nada será igual ni para Springsteen ni para el rock, que, de nuevo, engrandece su leyenda.
      Los cielos se abren para "the big man" Clarence Clemons. Allí le espera Danny Frederici para un penúltimo delirio. Quién sabe, quizá, algún día, el diablo se les una.






domingo, 12 de junio de 2011

Héroes II. Abebe Bikila, el emperador descalzo

   



    Posiblemente cuando Abebe Bikila cruzó victorioso el Arco de Constantino la noche del 10 de septiembre de 1960 no era consciente de que la historia del deporte y de buena parte de los esquemas sociales habían cambiado para siempre. El etíope, primer campeón olímpico africano, vencía en la Maratón de los Juegos de Roma, lanzando al mundo el grito de un continente que proclamaba su identidad y su cultura. Para la eternidad quedó la imagen de atleta descalzo que desafiaba el poderío del deporte occidental. Bikila recorrió en su triunfo la Vía Apia dejando a sus espaldas el Obelisco de Axum expoliado a Etiopía en 1937(devuelto en 2008), no hubo revancha, para él sólo era deporte.
   No se confundan, el abisino, miembro de la guardia del emperador Haile Selassie, aplicó modernos métodos de entrenamiento consiguiendo un depurado estilo. De esa forma superó a los mejores de su tiempo como el ruso Popov, el marroquí Radi o el neozelandés Mcguee. Sin zapatillas, como él  estaba acostumbrado, imortalizó, en la ciudad eterna, uno de los momentos más sublimes de la historia reciente. La gesta del atleta descalzo no terminó en Roma, volvió a ganar "la prueba de Filipides" en los Juegos de Tokio, en 1964, sólo seis semanas después de una operación de apendicitis.
    Abebe Bikila fallecía en 1973 en Adís Abeba, tras más de tres años padeciendo las secuelas de un accidente automovilístico. Para la infinitud queda su recuerdo inmortal. Al repasar su vida, la simpleza de algunos lleva, en ocasiones, a contemplar a Bikila como un hombre primitivo. Pura ignorancia, los sabios comprenden que sobre las estrellas se corre descalzo.
http://youtu.be/9pp1bcSC__k

viernes, 3 de junio de 2011

Coltán o el interminable drama africano.


   África, "tierra con forma de corazón humano", como la denominó Graham Greene, mantiene la aureola seductora que alimenta sueños de aventureros. Sin embargo, esas connotaciones adquieren tintes dramáticos desde hace más de un siglo producto del expolio y la marginación del progreso que vive esa zona del planeta.
   Uno de sus países más convulsos, la República Democrática del Congo, alberga un auténtico tesoro natural, el coltán.  Este mineral,  desconocido para buena parte de la  sociedad, supone una de las claves para el progreso tecnológico. Su alto contenido en tantalita permite la fabricación y mejora de herramientas sin las que no entederíamos nuestras vidas, tales como; teléfonos móviles, televisores de plasma, GPS, además de armas teledirigidas.
   Párense a pensar que esa alhaja se encontrase en un país occidental, por supuesto esa nación acumularía un poder indiscutible. Pero la madre naturaleza dispuso que fuese en  África, por lo que, de nuevo, la fortuna se convierte en tragedia.
   Con frecuencia arbitraria nuestros obedientes medios de comunicación muestran la última guerra congoleña falsamente acabada en 2002 (la mayor desde la segunda Guerra Mundial con más de  cuatro millones de víctimas) como un conflicto estrictamente tribal. Cómo demuestran las investigaciones de Alberto Vazquez Figueroa y Klaus Werner entre otras, se trata una nueva mentira. El verdadero motivo de la masacre no es otro que el control de la distribución de coltán, erigido en auténtico oro azul y que ha convertido a la República del Congo (poseedor de casi el ochenta por ciento) en punto de concentración de antiguos señores de las guerras africanas como las guerrilla hutu o tutsi o los paramilitares ugandeses, todo ello con la complicidad de los diversos gobiernos congoleños incapaces de generar beneficios para su pueblo.
   El circuito es simple a primera vista, las guerrillas lo extraen de manera ilegal y se distribuye por medio de contrabando a través de las fronteras de Ruanda, Burundi o Uganda hacia occidente a empresas de  Estados Unidos, Australia o China principalmente. No es difícil deducir que, en los yacimientos, los "cavadores" trabajan en régimen de semi esclavitud y con alto riesgo de radiación. Y todo este drama con las sociedades occidentales hipnotizadas y  de espaldas a la cruda realidad.
   
  Rodeados de tecnología, África, el continente irrepetible, vuelve a abrumarnos, quizá no debamos olvidar aquel viejo proverbio romano:  Semper aliquid novi ex Africa ("Siempre aprendemos algo nuevo sobre África").