miércoles, 27 de abril de 2011

Pugnas musicales I. Neil Young vs Lynard Skynard.

En mis disputas musicales de adolescente, tan innecesarias como apasionantes, dediqué tiempo a investigar cuales eran los mejores discos de la historia del rock, esperando inútilmente a  que los pontífices de la crítica glorificasen mis gustos musicales.
 Todas las relaciones coincidían en incluir el trabajo de Neil Young, “Harvest”, (1972) en la lista de grandes. Con el tiempo acabó por convertirse en uno de mis discos de cámara y es que el irregular compositor canadiense consiguió un trabajo sublime dentro del country-rock del que no debió apartarse. En su corte nº 8 Alabama realiza una feroz crítica a la vida  y las conductas morales en ese estado del sur de Estados Unidos, además de conseguir una bellísima composición musical. Las intenciones del artista de Ontario no eran nuevas ya que reforzaban lo manifestado en un tema anterior Southern Man, del “After the Gold Rush”,1970.
Lynard Skynard, grupo que encarnó como nadie los valores del rock sureño tardó menos de dos años en dar contestación a las intenciones de Young elevando a himno el mítico Sweet Home Alabama, en el que proclamaba  una sociedad del sur norteamericano que nabía superado los clichés anteriores y caminaba hacia el futuro y,además, enviaba al detractor Young mensajes de crítica cargada de irónica.
Pero no se trata unicamente de una pugna en las letras, incluso llega a la composición musical. No hay más que fijarse en los acordes de inicio de “Alabama” y “Sweet Home Alabama” para detectar la similitud entre ambas, aunque estén interpretados con distinto tempo.
Se trata sin duda, de una de las confrontaciones musicales más comentadas en la historia del rock. Es posible que, con el tiempo haya quedado como un tema estrictamente musical, ambos se confesaron admiradores recíprocos. Young dijo  haber interpretado alguna vez el tema de Lynard y se comenta que el líder de estos, Ronnie Van Zant, está enterrado con una camiseta de Neil Young, lo que a mi modo de ver es más que dudoso.
Lo cierto es que el destino deparó suertes muy dispares para los contendientes. El corazón de los Lynard Skynard desapareció con la muerte en accidente aéreo en 1977 del propio Van Zant, del guitarrista a Steve Gaines, de la corista Cassie Gaines y del manager Dan Kilpatrick. Para siempre quedó esa imagen jovial de grupo rebelde. Lo que vino después no fue más que una prórroga innecesaria.
Por su parte, Neil Young sigue en escena, o lo intenta, con esa imagen de cansado rockero folk, hizo sus pinitos en el cine, tan irregular como siempre, pero con el inconmensurable “Harvest” en su bagaje para la historia.

Alabama (Neil Young).
Oh Alabama.
¿Puedo ver que
Y agitar la mano.
Hacer amigos en Alabama.
Soy de una tierra nueva
Vengo a ti                                                                                    http://www.youtube.com/watch?v=byU7j3YnEJU
Y ver toda esta ruina
¿Qué estás haciendo Alabama?
Tienes el resto de la unión
Para ayudarle a lo largo de
¿Qué va mal?


Sweet Home Alabama (Lynard Skynard)

Bien, escuché al Sr. Young cantar sobre ella
Bien, escuché al viejo Neil menospreciarla                                http://www.youtube.com/watch?v=cIfvX3S87Gk

Bien, espero que Neil Young recuerde
Que un hombre del sur no lo necesita para nada

sábado, 23 de abril de 2011

Novela, desde el otro lado de Ámerica.

Se puede hablar sin temor a la duda que la "novela americana" se ha consolidado como género propio desde el siglo pasado.Quizás, como tantas cosas que nos llegan desde el otro lado de la charca tenga un objetivo pretencioso e inaccesible, "la gran novela americana". Pero es cierto que, los libros, han sabido mostrarnos mejor que ningún otro medio el lado menos aseado de la idealizada sociedad estadounidense a lo largo del último siglo. No lo duden, suponen la mejor vía para obtener un juicio crítico y objetivo de esa realidad, en ocasiones insondable.
Una vez más me enfrento al reto de exponer y elegir. Escogeré, aquellas obras que me enseñaron una América menos colorista pero igualmente apasionante.

1. "La conjura de los necios". John Kennedy Toole, 1980.


Absolutamente genial, la obra póstuma y casi única de Toole es un libro puro en el sentido que no atendió a  influencias ni exigencias editoriales. Ambientado en Nueva Orleans, su protagonista, Ignatius Reilly se verá envuelto en todo tipo de andanzas disparatadas. Es difícil encontrar un personaje que englobe tal número de calificativos (quijotesco, histriónico, romántico, exagerado, etc..) La obra reune la capacidad de realizar una crítica feroz a una sociedad carente de principios siendo a la vez extraordinariamente entretenido. Uno de los libros más divertidos que he tenido en mis manos. Sin duda Don Quijote dejó su impronta en Ámerica. Necesario.

2. "A sangre fría". Truman Capote, 1966.


Capote nos desgarra con esta obra sobre el asesinato en Kansas de una familia que encarnaba el modelo américano. Inicia la trayectoria de la non fiction novel. Reconstruyó el caso minuciosamente y entrevistó a la policía antes de que se encontrase a los asesinos. Pero lo sobresaliente del libro es la capacidad de desvelar el lado humano de dos psicópatas condenados finalmente a la horca, Dick Hickok y Perry Smith y con los que el lector llega a establecer una relación estrecha y casi íntima. Estremecedor.

3. "La hoguera de las vanidades". Tom Wolfe, 1987.


Acorde con los tiempos actuales. La exitosa obra de Wolfe resume la decadencia de un personaje, Sherman Mcoy, aparentemente blindado y destinado al éxito que cae víctima de los entresijos del propio sistema que lo encumbra. El brooker de Wall Street, a causa de un infortunio, se ve enfrentado a la vanidad política de un fiscal, a la ambición de los poderes fácticos y al falso amor que le dañará de cerca. El falso triunfador, causa rechazo desde el inicio de la lectura pero vilipendiado desde todos los ángulos llega a establecer, mediante su porfía por levantarse, una relación cómplice con quién tiene el libro en las manos, al menos en mi caso.

4. "El largo adiós". Raymon Chandler, 1953.


Clásica con todas las letras, paradigma de novela negra. Trepidante obra en la que el autor nos narra las pesquisas del detective Phiplip Marlowe para resolver el crimen de Sylvia Lennox, en el que se ve involucrado. Si me aceptan la licencia, diría que el libro se lo pone en bandeja al cine como en todas las obras de Chandler, pero es innegable que viste de gala un género que parecía destinado a los panfletos y las ediciones de segunda. Por cierto, el autor se entrega a la literatura a los 44 años, ¿falsas esperanzas?, el tiempo dictará...

5. "Matar a un ruiseñor". Harper Lee, 1960.


El recorrido sería incompleto si no se incluyera una novela que reflejase el problema racial. Pero el libro de Harper Lee es mucho más. Es ante todo un libro inocente, capaz de entremezclar la visión  de la vida de los niños con la de los adultos. La autora nos refleja valores como el coraje o la nobleza, en ocasiones con matices de humor. Supone toda una guía para narrarnos la realidad en el sur de Estados Unidos dentro del contexto de la Gran Depresión, esencial para el conocimiento de América.


sábado, 16 de abril de 2011

Música inmortal, ¿genialidad o fiasco?

 La industria musical, desde hace muchos años, representa un escenario perfecto del poder y del contrapoder. Muchos de los trabajos musicales reflejan las tendencias de las masas y  resultan productos de usar y tirar, no pasando de ser auténticos sedantes para mantener a la sociedad adormecida y dentro de unas normas.
En cambio otros, casi siempre con mediocres resultados comerciales, suponen un ataque directo a las pautas establecidas no sólo por el mensaje de sus letras sino igualmente por el estilo o la técnica musical utilizada. A estos últimos se les cataloga, en ocasiones, como "discos imprescindibles" o "inmortales" y a sus autores como auténticos héroes de la protesta ante una sociedad sin autenticidad y, no pocas veces, injusta.
Pero, ¿que hay de verdad en todo esto?¿Hasta que punto, un producto musical que se sale de la norma, es necesariamente imprescindible o inmortal? ¿Son siempre un ataque a la sociedad? o ¿forman parte del puzzle?
A partir de mi experiencia personal, me atrevo, a distinguir dentro de este grupo a los que por su calidad merecen "subir a los cielos" y los que, a mi juicio, no pasan de ser un pose snob muchas veces gratuito e innecesario,  en ocasiones por parte de artistas de extraordinaria calidad. Iniciemos el análisis por estos últimos.

1. Metal Machine Music. Lou Reed, 1975.
Sin duda se lleva la palma. Cómo devoto de Lou Reed lo siento de verdad, pero no puedo con este compendio de distorsiones ilógicas y sonidos insoportables. Por mucho que se diga, el disco es una bazofia. Sólo sirve para añadir un alo de misterio a uno de los músicos más grandes de los últimos cuarenta años. El hecho de que se gravase en 24 horas con guitarras desafinadas lo desenmascara casi por completo, los problemas de Reed con su discográfica, RCA, lo terminan de matar (venganza hacia la empresa).
Pero, no se sorprendan si encuentran iluminados en la red que lo defiendan a capa y espada, con el argumento "chorra" y snob de que se trata de un disco futurista, hecho para gente de otro planeta. Espero, sinceramente, que si hay vida en otro planeta no oigan el disco de Lou antes de decidir la invasión de la Tierra.

2. Trout Mask Replica. Captain Beefheart & his Magic Band, 1969.


Esta es una crítica peligrosa. Los santones de la música consideran este trabajo de Don Van Vliet (Captain Beefheart) una "obra de referencia que cambió la música". Sinceramente, no lo entiendo. El disco es un incoherente amasijo de ritmos entrelazados, un follón continuo con reflexiones intercaladas del propio autor en un estado mental no muy sosegado. Beefheart se explayó a gusto, nada menos que 34 temas. Cuando lo escuché por primera vez mantuve la esperanza de que el disco se animara a partir de la canción veinte, estoicismo puro... Merece el autor cierto respeto por la autenticidad de su vida (murió alejado del mundo en una roulotte, entregado a la pintura). Sólo me queda aceptar mi pecado mortal contemplando Trout Mask Replica como un disco intragable.

3. Mister Heartbreak. Laurie Anderson, 1984.
La actual pareja de Reed podría estarse quietecita antes de aniquilar la leyenda de su par. Leí que hicieron, por iniciativa de ella, un concierto para perros, prefiero no indagar, bastantes disgustos tengo ya. Mister Hearbreak es un trabajo tedioso a más no poder se supone que debe trasladarnos, a mi personalmente a cambiar de música. Anderson, artista muy considerada en ámbitos de culto neoyorquinos invento un nuevo tipo de violín, el de cinta, esperemos que le dé mejor uso. Acompañó a Reed en su último concierto en Madrid en lo que se consideró una "performace experimental", me parece legítimo pero no vendas 2.000 entradas a un público ávido del Reed más auténtico para luego tirar por ahí.


Describamos en el segundo capítulo aquellos trabajos que dentro de esta "categoría" merecen la miel y las rosas. Tarea sin duda mas complicada ya que, "que fácil es criticar", sobretodo con las vísceras tocadas.


1. Berlin. Lou Reed, 1973. 
La otra cara de la moneda. Disco conceptual en el que Reed narra el romance entre dos drogadictos en la capital alemana. El autor nos deprime en el buen sentido, nos introduce con espectaculares melodías, en ese mundo que no quisieramos conocer pero que existe alejado del ideal, ya se encarga Lou de recordarlo. Temas como  Lady Day o Caroline Says entre otras me parecen auténticas obras maestras. Y las letras, puede que sólo al alcance de un poeta de la música. "Como crees que se siente uno, cuando lleva cinco días sin acostarse. Como crees que se siente uno, siempre dando vueltas porque tiene miedo a dormirse".


2. Swordfishtrombones. Tom Waits, 1983.


Posiblemente el mejor trabajo de Waits y seguro que el más atrevido. El californiano aparta los convencionalismos que venía mostrando, con ese hombre decrépito forjado en los cabarets, para convertirse en hombre lobo solitario. Y lo más sorprendente, el cambio producido en el registro de su voz. Influido por Zappa y, según afirman, por Captain Beefheart consigue un trabajo superior. La percusión es igualmente única realizada mediante instrumentos de cocina. Dos enormes temas (Underground y Shore Leave) abren la obra que mantiene aún rasgos de su trayectoria anterior. Waits no nos lo pone fácil pero conviene insistir.

3. Pet Sounds. The Beach Boys, 1966.



Si, es verdad ¿que pinta un grupo pop como Beach Boys aquí?  Es que Pet Sounds es diferente. Puede parecer extraño que un grupo asociado al surf y a la vida plácida de las playas fuese capaz de realizar un disco que elevó al pop a las alturas. El trabajo realizado casi en exclusiva por Brian Wilson (se comenta que el resto del grupo estaba de gira) consigue una serie de melodías bellísimas, muy trabajadas. Para su elaboración se utilizaron elementos tan singulares como botellas de coca-cola o timbres de bicicleta. Disco lírico y melódico hasta el extremo, olvídense de clichés y escúchenlo completo, imprescindible. Sólo un pero, ¿esa portada?

Hasta pronto.





martes, 12 de abril de 2011

Boston Celtics way of life

"Los Celtics de Boston no son un equipo de balonesto, son un modo de vida". Así describió Arnold Red Auerbach el edifició que el mismo construyó. Y es que no se entendería la historia del deporte sin los Boston Celtics. Desde luego, cuando una institución pasa sus particulares "Térmopilas" (dos décadas sin triunfos, recuperados en 2008) y mantiene intactas su señas de identidad y su significado, sencillamente tiene una mística indestructible.
Sacrificio, solidaridad, lealtad a una identidad por encima del ego, componen la impronta de la franquicia del trébol, la más laureada de la NBA (17 anillos). Los "verdes" de la mano de Auerbach establecieron un dominio casi insultante durante décadas.  Cousey,Rusell, Havlicek, Jo Jo White, Parish, Bird o Pierce, entre otros, han mantenido viva la identidad de los Celtics no sólo con los anillos de sus dedos sino con una particular manera de entender la competición que transciende a muchas facetas de la vida.
Contrariamente a la "vox populi" los Celtics fueron decisivos en la integración racial. Pese a que fue el último equipo en incorporar jugadores negros, Charles Cooper fue el primer jugador de color elegido en un draft, mientras que Bill Rusell fue la primera gran estrella afro-americana y encabezó la mayor gesta de la historia del deporte, ocho anillos NBA consecutivos. En ese punto se gestó una de las mayores y más bellas rivalidades, Celtics-Lakers. Dos estilos de juego y dos estilos de vida. Glamour contra tradición grabada en piedra, espectáculo contra sudor, indivualismo contra colectividad,  luces de Hollywood contra clase obrera irlandesa...
Elegí la "vía verde", cuestión de gustos, cuestión de identidad. Por siempre Boston Celtics. Gracias.




sábado, 9 de abril de 2011

¿Quien es realmente Lou Reed?

http://www.goear.com/listen/4a243f6/perfect-day-lou-reed

No es fácil hablar de un genio. Lou Reed, considerado como uno de los músicos más influyentes del último medio siglo, aquel que le robó la inocencia al rock & roll,  el padre de la música alternativa, en definitiva, del maestro de Brooklin se han escrito ríos de tinta. Pero, ¿quien es realmente Lou Reed? Nuestro protagonista ha vivido entre la autenticidad y la representación de su propio personaje. Indiscutiblemente su tormentosa vida personal (recibió tratamientos de electrochoque en su adolescencia) al igual que su complicada carrera artística (luchó por supeditar su faceta musical a la literaria con irregular éxito) resultan un contínuo enigma. Dos obras nos pueden aproximar al personaje; "Las transformaciones de Lou Reed" de Víctor Brokis y las propias letras de sus canciones en "Atraviesa el fuego". Sin duda, nos quedamos con la capacidad de su obra para conciliar como casi nadie música y literatura (quizá sólo Dylan puede comparársele en esa faceta), aquí la obra de Reed intensifica en personajes acreedores de una sociedad que no les corresponde, alejados de la magnificencia y el éxito.Continuando la tradición warholiana, de la que siempre evita hablar, introduce en el plano artístico elementos que el "stablisment" siempre dejaría al margen.
Pero tratar al personaje es otro cantar. Puede que sus propias palabras, incendiarias en ocasiones y a veces geniales sirvan, en parte, para escudriñarlo.
No tienen desperdicio algunas de sus relaciones con otros artistas, es el caso de The Doors  "Eran basura de Los Ángeles, basura pretenciosa y Morrison un gilipollas, iba de dios sexual y no hubiese aguantado una noche en el factory". O su punto de vista de la industria musical norteamericana; "No me gusta hablar mal de los muertos, y la industria del disco americana está muerta". Sin olvidarnos de las letras de sus canciones como en "Heroin", su himno decadente "Yendo de una tierra a la otra con traje y gorra de marinero. Lejos de la gran ciudad donde un hombre no puede ser libre..."
En definitiva Reed interpretendo a Lou Reed siempre será Lou Reed, un tipo indispensable. Seguiremos tratando el tema, la cuestión sin duda, lo merece.

jueves, 7 de abril de 2011

Presentación

El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo.

Todos los soñadores, incorformistas, y guerreros de la vida que sean capaces de pagar cualquier precio para ser siempre ellos mismos  están invitados a participar. La intención de este espacio, principio de mi anadadura en blogs, es compartir mis inquietudes, mi gustos y mi visión de la vida. Pero pretendo llegar más lejos, dotándolo de un  sentido crítico e incorformista. De ahí el título, "Bulevar sucio", canción del genial Lou Reed, magistral en la capacidad de enseñarnos que detrás de este mundo "idílico" se esconde otro quizá más real pero apartado de la luz de los focos.